El
juego es una parte fundamental de nuestras vidas. Desde que nacemos el juego es
un método decisivo para empezar a aprender de una manera sencilla y divertida.
Inevitablemente, los juguetes y el juego marcan nuestros primeros años en la
vida. En la infancia de un niño, el modo principal de aprender y de expresarse
es a través del juego, por medio de éste y con los juguetes los niños liberan
su mente, desarrollan su imaginación, su creatividad, sus experiencias, sus
habilidades, sus ilusiones…, aprendiendo conceptos y actitudes que van formando
su personalidad. Los niños mientras juegan con el entorno aprenden. Es a través
de la acción de jugar con la que el niño: aprende a seguir unas reglas, a tener
tolerancia, a tener respeto a sus compañeros… y al mismo tiempo, a coger
seguridad en sí mismo. Los juguetes no pueden nunca verse limitados al sexo del
niño, ni en modo alguno deben estimular cualidades negativas como:
intolerancia, agresividad y violencia. El juego y los juguetes permiten educar el
carácter del niño y estimular en él valores deseables como: altruismo,
igualdad, compañerismo, capacidad de cooperación y tolerancia. El juego es la
manera con la que los niños descubren, aprenden y evolucionan hacia la vida
adulta. No en vano, desde los orígenes del hombre, el juego es la acción
espontánea y natural que más tiempo requiere en los primeros años de vida.
Claramente y observando a un niño pequeño es sencillo comprender que desde el
principio les encanta jugar con su propio cuerpo: correr, saltar, andar a
gatas, empujar… Éstas son actividades cotidianas en el juego de los niños. De
esta forma, toda su energía se canaliza en jugar por jugar y los juguetes son
el sistema más adecuado para mejorar las destrezas que los pequeños requieren.
Cabe señalar que los juguetes son el método que mejor consigue estimular a un
niño
No hay comentarios:
Publicar un comentario